El Ascenso y Caída de Sir Walter Raleigh: Explorador, Cortesano y Mártir

Sir Walter Raleigh fue una figura emblemática de la era isabelina, cuya vida se extendió desde aproximadamente 1554 hasta su muerte el 29 de octubre de 1618. Su trayectoria abarcó diversas facetas: fue aventurero, escritor, favorito de la Reina Isabel I, y figura prominente en la colonización inglesa de América del Norte. Aunque comúnmente se le asocia con la piratería, sus expediciones y esfuerzos colonizadores lo pintan más como un corsario y explorador que operaba bajo el consentimiento de la corona inglesa.

La vida Pirata

Sir Walter Raleigh nació alrededor de 1554 en Hayes Barton, cerca de Budleigh Salterton, Devon, Inglaterra, en una familia de cierto estatus pero no de gran riqueza. Su padre, Walter Raleigh de Fardell, Devon, y su madre, Katherine Gilbert (de soltera Champernowne), pertenecían a la gentry, la clase social baja de la nobleza inglesa. Raleigh fue el menor de cinco hijos, y su familia tenía conexiones con la corte a través de su madre, lo que más tarde facilitaría su introducción en los círculos de poder​​.

Desde joven, Raleigh se mostró como un espíritu aventurero e inquieto. Participó en las guerras de religión en Francia luchando del lado hugonote (protestante francés) en 1569, lo que indica no solo su temprano interés por los asuntos militares y políticos sino también su inclinación hacia la causa protestante en un contexto europeo marcado por intensos conflictos religiosos​​. Esta experiencia en Francia fue seguida por estudios en el Oriel College, Oxford, alrededor de 1572, aunque no existe registro de que Raleigh completara un grado allí. Posteriormente, asistió al Middle Temple, uno de los Inns of Court de Londres, en 1575, lo cual era típico para los jóvenes de su clase social, brindándole una educación en leyes que sería útil en sus futuros empeños políticos y administrativos​​.

Después de su periodo en Oxford y el Middle Temple, Raleigh se embarcó en una expedición a Irlanda en 1580 para suprimir una rebelión contra el dominio inglés. Su servicio en Irlanda, donde mostró tanto habilidad militar como una implacable dureza, llamó la atención de la reina Isabel I. Esta experiencia no solo amplió su experiencia militar sino que también estableció su reputación como un hombre de acción, capaz de liderar y tomar decisiones en situaciones difíciles. Su éxito en Irlanda fue un factor clave en su ascenso a la corte isabelina, donde pronto se convertiría en uno de los favoritos de la reina​​.

El ascenso de Raleigh en la corte isabelina fue meteórico. Se le concedieron vastas propiedades en Irlanda, se le nombró caballero en 1585, y se le otorgaron monopolios lucrativos, incluido el del comercio del vino. Su relación con la reina Isabel era tanto de favoritismo como de utilidad mutua; Raleigh era un hábil cortesano, explorador, y militar que llevó a cabo expediciones en América y buscó ampliar los dominios ingleses a través de la colonización.

Sin embargo, su carrera no estuvo exenta de controversias. En 1592, su relación secreta con una de las damas de honor de la reina, Elizabeth Throckmorton, resultó en un embarazo y un matrimonio apresurado que enfureció a la reina, llevando a su caída temporal en desgracia y su encarcelamiento en la Torre de Londres. Aunque Raleigh logró recuperar algo de su estatus, nunca regresó completamente al favor real que una vez disfrutó​.

Carrera y Favorecimiento Real

La carrera de Sir Walter Raleigh en la corte de Isabel I de Inglaterra es un relato fascinante de ambición, favoritismo, y eventual desgracia. Raleigh, un hombre de orígenes relativamente modestos, supo navegar las complejidades de la corte isabelina para ascender a las más altas esferas del poder y la influencia, solo para experimentar una caída dramática y finalmente una rehabilitación parcial.

Ascenso a la Corte Isabelina

El ascenso de Raleigh comenzó en serio después de su servicio en Irlanda, donde su eficacia contra la rebelión irlandesa captó la atención de la reina Isabel I. Su habilidad para impresionar a la reina no solo estaba en el campo de batalla; Raleigh también poseía un agudo ingenio y un encanto cortesano que le ganaron el favor de Isabel. Fue nombrado caballero en 1585, un reconocimiento no solo a sus logros militares sino también a su posición en la corte como uno de los favoritos de la reina​​.

Favor Real y Recompensas

Como favorito de la reina, Raleigh recibió numerosas concesiones y recompensas. Se le otorgaron vastas extensiones de tierra en Irlanda, monopolios comerciales lucrativos, y el derecho a colonizar territorios en el Nuevo Mundo. En 1587, fue nombrado Capitán de la Guardia de la Reina, un puesto que lo colocaba en contacto diario con Isabel y reforzaba su estatus como uno de sus consejeros más confiables y cercanos.

El Matrimonio Secreto y la Caída en Desgracia

Sin embargo, el favor de la reina tenía sus límites. En 1591, Raleigh cometió el error de casarse en secreto con Elizabeth Throckmorton, una de las damas de honor de la reina, sin buscar el consentimiento de Isabel. Cuando el matrimonio fue descubierto, junto con el embarazo de Throckmorton, la reacción de la reina fue furiosa. Raleigh y su esposa fueron encarcelados en la Torre de Londres, y aunque fue liberado después de algunos meses, su relación con la reina sufrió un daño irreparable. La pareja tuvo un hijo, y aunque Raleigh logró recuperar parte de su estatus, nunca volvió a disfrutar del mismo nivel de favor real​​​​.

Recuperación del Favor y Expediciones

A pesar de esta caída en desgracia, Raleigh no se desanimó. Se embarcó en expediciones para encontrar el legendario El Dorado, buscando no solo riquezas sino también una forma de restaurar su posición en la corte. Aunque estas expediciones no lograron encontrar el mítico reino de oro, demostraron la inquebrantable determinación de Raleigh y su habilidad para emprender proyectos audaces. Su participación en el ataque a Cádiz en 1596 y otras expediciones militares ayudaron a restaurar parcialmente su reputación.

Exploraciones y La Búsqueda de El Dorado

La fascinación de Sir Walter Raleigh por la leyenda de El Dorado, un reino legendario de riquezas incalculables, representa uno de los capítulos más intrigantes de la era de la exploración. Este anhelo no solo lo llevó a las profundidades de América del Sur sino que también alimentó la imaginación europea con relatos de mundos desconocidos y tesoros por descubrir.

La Primera Expedición en Busca de El Dorado

En 1595, Raleigh zarpó hacia el Nuevo Mundo, específicamente hacia el territorio de la actual Guayana Venezolana. Su expedición tenía un doble propósito: debilitar el poder español en la región y encontrar El Dorado. Al llegar a Trinidad, atacó y capturó al gobernador español Antonio de Berrio, quien también buscaba la ciudad dorada. Raleigh y sus hombres exploraron el río Orinoco, remontando sus aguas en una ardua travesía por la densa selva y enfrentando las dificultades del clima tropical y la resistencia de los pueblos indígenas​​​​.

Durante esta expedición, Raleigh no encontró El Dorado, pero sus relatos sobre el viaje y las descripciones de las riquezas naturales de la región capturaron la imaginación de Europa. A su regreso, publicó “The Discovery of Guiana” (1596), donde narraba sus aventuras y afirmaba haber encontrado evidencias del mítico reino, aunque no había logrado alcanzarlo. Este relato contribuyó significativamente al conocimiento geográfico de Sudamérica en Europa y avivó aún más el interés por la exploración del continente​​.

Segunda Expedición y Consecuencias

Incapaz de sacudirse la obsesión por El Dorado, Raleigh organizó una segunda expedición en 1617, después de ser liberado de la Torre de Londres, donde había estado encarcelado por otros motivos. Esta vez, sin embargo, Raleigh no lideró personalmente la exploración en el interior debido a su edad y salud deterioradas. La expedición resultó en un desastre: no solo fracasaron en encontrar El Dorado, sino que también se involucraron en un enfrentamiento con los españoles en San Thomé de Guayana, violando la paz entre Inglaterra y España. Este incidente fue el pretexto para que el rey Jacobo I ordenara la ejecución de Raleigh a su regreso a Inglaterra, poniendo fin a su vida y sus sueños de gloria en 1618.

Ataques y Campañas

Las campañas militares de Sir Walter Raleigh se destacan por su audacia y sus consecuencias tanto para Inglaterra como para España, dos potencias en constante rivalidad durante su época. Su rol en el ataque a Cádiz en 1596 y otras expediciones marítimas subraya su importancia como líder militar y su impacto en la historia naval.

Ataque a Cádiz en 1596

El ataque a Cádiz en junio de 1596 es considerado uno de los mayores logros militares de Raleigh. Como parte de una flota inglesa, Raleigh jugó un papel crucial en el asalto a la ciudad, que era un importante puerto español y un centro neurálgico para la armada y el comercio español. La expedición tenía como objetivo debilitar la capacidad de España para lanzar una nueva armada contra Inglaterra, en un momento en que las tensiones entre ambos países estaban en su punto más alto. La operación resultó en la destrucción de numerosos barcos españoles y la captura de valiosos recursos. Raleigh fue herido en la acción, pero su valentía y liderazgo fueron ampliamente reconocidos​​.

Otras Expediciones y Controversias

Además de Cádiz, Raleigh estuvo involucrado en varias otras expediciones militares a lo largo de su carrera. Aunque no todas sus campañas fueron exitosas, su disposición para enfrentar riesgos y su capacidad de liderazgo dejaron una marca indeleble en la historia militar inglesa. Sin embargo, estas empresas también estuvieron marcadas por controversias, particularmente en relación con su segunda expedición en busca de El Dorado, que terminó en un conflicto con los españoles en violación de los tratados de paz existentes entre España e Inglaterra. Este incidente fue utilizado por sus enemigos en la corte para acusarlo de traición y finalmente llevarlo a su ejecución.

Caída y Ejecución

La caída y ejecución de Sir Walter Raleigh marcan un capítulo sombrío en la historia de este aventurero, escritor y cortesano inglés cuyo destino cambió drásticamente con la transición del trono de Isabel I a Jacobo I. Después de la muerte de Isabel I en 1603, Raleigh perdió el favor que había disfrutado bajo su reinado, enfrentándose a la desconfianza y el temor de su sucesor, Jacobo I. Raleigh fue acusado de traición en un complot para deponer a Jacobo y condenado a muerte. Aunque inicialmente su sentencia fue conmutada por encarcelamiento en la Torre de Londres, Raleigh pasó allí gran parte del resto de su vida, viviendo con su familia y escribiendo, incluida su “Historia del Mundo” en 1614​​.

Raleigh fue liberado en 1616 para liderar una expedición en busca de oro en América del Sur. Sin embargo, esta expedición fracasó, y Raleigh regresó a Inglaterra solo para ser arrestado nuevamente. La ejecución de Raleigh el 29 de octubre de 1618 fue un resultado directo de la invocación de su sentencia de muerte original por traición. A pesar de las promesas de no agredir los territorios españoles, algunos de los hombres de Raleigh atacaron un puesto español durante la expedición, lo que violaba los esfuerzos de paz de Jacobo I con España. Este acto selló el destino de Raleigh, quien fue ejecutado en Westminster y enterrado en la Iglesia de St. Margaret​​.

La ejecución de Raleigh fue vista de manera diferente por contemporáneos y generaciones futuras. Inicialmente impopular entre muchos durante su vida, Raleigh se convirtió en un héroe popular tras su muerte, en parte debido a la percepción de injusticia en su juicio y ejecución. El intento de Jacobo I de justificar la ejecución a través de una declaración pública no logró disminuir el sentimiento público en contra de este acto y contra él como un títere percibido de España. Raleigh y sus contribuciones, incluyendo la introducción del tabaco en Inglaterra, su papel como pionero del imperio y su representación de la grandeza elisabetana, han sido reconocidos y celebrados en la historia​​.

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